Pareciera que los dioses atendieran
las plegarias
cuando las nubes en los ojos
ordenan
que, paradójicamente, se cierren
las persianas
y dejen correr un arroyo
por el rostro.
Presuntamente sin motivo
por capricho campesino.
Constantemente vivo
en la belleza y el amor de lo triste.
de lo horrible.
de lo amargo.
de lo abstracto.
Si bien es cierto, sin embargo, se acentúa
si viene el río.
Y se evapora el agua.
Se congela en los párpados.
Y sale despavorido.
M.R.C.