jueves, 28 de mayo de 2020

~ C/D ~ Y SI ME LEES AHORA ~

Ve a la entrada del 12 de Julio de 2019.



Ahí verás cómo mi intuición me tendía la mano; una de las veces que casi conectan mis neuronas sus chasquidos y me revelan lo que ansiaba ocultar a toda costa, pues la verdad era terrible, y el altruismo dejaba de existir, como mal argumentabas, pues negabas el amor y el amor existe;hasta lo hiciste rezar en tu piel.

No puedo más que sincerarme en este MURO. No por cobardía,(ya hablé todas las veces) sino porque de otra forma lo haría con la PARED, donde rebotaba toda realidad y devenía en fantasía.

Lo siento tanto...
  
No ha sido posible adentrar en ese potencial sónar de latidos,en el que confío, alguien entrará algún día o alguien estará ya allí. 

(Aún dudo de mí, este es tu triunfo).

Dejarás de parecer para ser y serás plena como la luna.

Pero yo nunca más un lobo que la aulle. 

Nunca más.




Hasta siempre. 
Bendita seas por El Tiempo.


M.R.C.


martes, 5 de mayo de 2020

~ C/ D ~ COMO POSESÍA



- Freud, Freud ¡¿Es esto la histeria?! ¡Vamos, patán! ¡Vamos, dímelo!

- Melo.

- Imbécil.                                   jdk#kjg#sjtfka

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Un sibilante susurro se desliza como una serpiente, sibilino, por El Túnel de La Desgracia. Nadie más parece escucharlo. Éste pronto comienza a recorrer la columna que vertebra el ser desdichado, como un cosquilleo, un rastro de hormigas eléctricas como anguilas, que llega colándose por todos los recovecos al vientre, e incluso hace burbujear las partes consideradas incívicas. El proceso deja una sensación de insatisfacción que parece que nunca llegará un clímax. 

Tras la fatídica experiencia psicótico-sexual, y por si fuera poco y creían ustedes que estaba la posterioridad exenta de horror, un calor repentino atraviesa órganos, arterias, alma, y la porosa dermis llora pequeñas gotas de locura. El cuerpo entero se establece cómodamente en un incómodo rigor mortis (manos y pies como garras, brazos que hacen alarde del abrazo de la muerte, doblados tiesos) en el que la mandíbula es la única que realiza una macabra danza alegórica del mordisco más letal, con fuerza. Las pupilas son crueles, por minúsculas, los ojos se abren, a excepción de la parte inferior, henchida de una furia infrahumana. 


El cosquilleo continúa. El pulso cardíaco retumba como tambores antes de la guerra y hasta la zona del apéndice vibra. No puedes más. Necesitas que la energía nuclear que te recorre salga por algún sitio. En ocasiones es un inanimado artículo que nada te va a reprochar, aunque tú sí te acordarás del capitalismo y sus intransigencias. En ese caso la culpabilidad no tardará en aparecer. 


Culpabilidad que no aparece tanto si es tu mano la que sufre en su dorso los algoritmos irregulares del gotelé en un violento arrastre. Supones que es porque la poderosa piel humanoide se regenera, pero te preguntas cuándo llegarás a estar tan fuera de ti como para hacer algo verdaderamente irreversible. Porque en ese momento ninguna lógica te aguarda para tomarla en tu regazo. Ningún atisbo de futuro se hace presente en tu mira. Sólo importa deshacerte de ese infierno intermitente que te alberga.



M.R.C.