domingo, 24 de febrero de 2019

~ A ~ EL MALINTERPRETADO HOMBRE DE LAS MIL CARAS ~

Ha ya tiempo que las intenciones de escritura fueren muy distintas al análisis de otros asuntos que no versaran sobre el poderoso sujeto del "yo" y sus (mis) circunstancias. Mas, ya tocaba vilipendiar la vida y las circunstancias de ésta, (a lo que se suma el inseparable "yo" por el afán del sentimiento, que en este caso es el de la molestia).

Vine a despotricar una miaja sobre aquellos que han decidido encasillar a un hombre en concreto en la taquilla de la mediocridad. Hablamos ni mas ni menos que del conocidísimo actor Jim Carrey.

Leyendo y escuchando he acabado a lo largo del Sendero de Gloria, algunos comentarios respecto a su desprestigiada selección de papeles y la forma de llevarlos a cabo - ¡Es que siempre está haciendo el payaso! - ¡Es histriónico! - ¡Hala, Jim Carrey haciendo de serio! No me fío - Y demás improperios tintados de impertinencia e ignorancia más absolutas.

Sin embargo, recabando en la historia cinéfila del talento que nos ocupa, me veo en la obligación de enumerar para ilustrar todos aquellos caracteres a los que se ha sometido el tal:

- Stanley Ipkiss (The Mask, 1994) 
- Lloyd (Dumb and Dumber, 1994)
- Ace Ventura (Ace Ventura, 1994)
- Chip (Cable Guy, 1996)
- Fletcher Reede (Liar Liar, 1997)
- Truman (El Show de Truman, 1998)
- Andy Kaufman (Man on the Moon, 1999)
- Charlie (Me, myself and Irene, 2000)
- Joel Barish (Eternal Sunshine of the Spotless Mind, 2004) 
- Bruce Nolan (Como Dios, 2003)
- Carl Allen (Di que sí, 2008)
- Mr Pickles (Kidding, 2018)

(Entre tantos otros)

En casi todos ellos, el protagonizador protagonista de estas líneas conduce el argumento por sus venas y sus numerosos rostros, que, si bien pueden padecer de histrionismo, este es increíblemente controlado, cocinado a fuego lento, para no sobrepasar los sentimientos a los que ha de enfrentarse su representación. En todas estas películas hay atisbos filosóficos que plantean a quienes las ven cuestiones tan macabras como "¿Qué pasaría si en un momento dado tuvieras todo el poder mundial en tus manos?" o "¿Y si no pudieras decir que no a nada?" (¿Quién no se ha visto amenazado por un "qué dirán si digo que no" alguna vez?), y, desde la amistad preponderante incluso en las almas más infantiles con Dos Tontos Muy Tontos hasta la locura de creer, como lo hayamos podido hacer muchos en un alarde de grandeza y paranoia conspiranoica que nos controlan en "El Show de Truman", su mayor representante, con la notable colaboración de sus profesionales compañeros de reparto, transmite estas cuidadas distopías de la mejor manera que sabe hacer: con el humor más irónico o la mayor seriedad humorística a la que no todo el mundo querrá enfrentarse. Paradoja que, según  viperinas y morbosas lenguas, ha marcado su vida real. Se puede decir que, a pesar de haber sido un "mentiroso compulsivo", nuestro Jim ha sabido ser a lo largo de tantos años uno de los actores más sinceros y generosos que ha dado el ferroso mundo del cine.


Más 
Risa, 
Copón.





viernes, 15 de febrero de 2019

~ C/ D ~ PINOCCHIO ~

Gepetto dispone con sus falaces 
falanges
pequeños atajos en la del niño frente

(camina de frente el dispuesto Senecto)

del zorro y la grima protege al infante
de muerte y locura y de feroces 
fauces.


Besóle al perfecto 
crío de caoba
mimóle, mimóle como si fuere de felpa,
y dióle que dióle la sopa boba,
viviere ese cuento, viviere en la selva

(de mar, ¡La Ballena! ¡Ay el mar abyecto!)


Crióle, crióle, y el niño muy recto,
cuida que cuida, y cuida de su alcoba,
de amor no estuvieren, no estuvieren de huelga
Gepetto que mira, todo está correcto,
cuidóle cuidóle como madre loba.



- El anciano se enzarzó en el bello y acometido acto de jugar a ser Dios y tuvo a la suerte agarrada de la mano, que adereza la vida del tal señor con el beneplácito de salir a pedir de boca su guiso. 

- ¿A qué suerte ni a qué niño no muerto véase Pinocchio? Resolvamos, se denomina Crear con Amor. Que es así como emergen óptimos los resultados. 


M.R.C.