Me centraré sobre todo en la parte cinematográfica y audiovisual, dado que son los campos donde más abundan.
Dichos sujetos acechan por detrás de las puertas del criterio y sacan a rugir el león del escepticismo, el cual ni siquiera tienen domado: que si a esta película le ha faltado algo (con suerte te podrán decir el qué de manera exacta), que si esta serie no engancha hasta tal punto en que en vez de sangre por tus venas corra intriga, que si la manera en que canta un artista en cuestión no debería causar tanto revuelo, y otra sarta de, en su mayoría, insípidos comentarios causados mayoritariamente por la repetición de las felicitaciones a tales, llegando a alegar, como si una pirada de pinza de las de manicomio se tratara, que antes era mejor porque nadie conocía nada de ello.
Ya les puede gustar lo que critican, que como deje de ser exclusivo, adiós y no nos hemos visto nunca. Y no, está bien que no se quiera formar parte del "borreguismo" que se presenta como comida de diario, pero lo que si está bien es tener propio criterio, porque en eso consiste precisamente lo que defienden.