miércoles, 25 de marzo de 2020

C/D ~ EL REFLEJO MALDITO ~

Dos arroyos por cada una de las cuencas, perfiladas por unos párpados algo caídos y cejas altaneras. La bilirrubina coloreando todo a su paso junto al calor en los carrillos. Dos ojos miran otras dos esferas con la pupila tan diminuta que casi desaparece. Ojos de odio, sin duda. Absolutamente reconocibles para alguien que lo haya sentido alguna vez. Las manos agarran fuertemente el lavabo, incluso consiguen reventar la silicona y lo hacen desplazarse unos milímetros. 

Las miras y te das cuenta de que se han afinado tus dedos, alargado un poco las uñas y que unos anillos plateados rodean el corazón y el anular. Del cartílago de las orejas surgen unos pequeños, elegantes y discretos aros y de los lóbulos, un pendiente también de plata (odias el oro ¿Odias el oro? Odias los pendientes...) con un círculo exterior y otro concéntrico menor dentro, decorado con diamantes. La mandíbula se ha afinado también un poco, y está apretada; te muerdes por dentro de rabia.

El cabello se ha ido aclarando a un tono asilverado ceniza tan ansiado y finalmente conseguido a lo largo de dos años. Tus hombros, normalmente relajados y entusiastas, se quedan rígidos, junto a tu espalda. Las caderas ahora designan unas piernas que adelgazan, dejando una figura en conjunto delicada, frágil, que se mueve rápida, grácil, y sin embargo, muy contenida y hierática. El tabique cambia dolorosamente y la bola central define una nariz con las fosas nasales ascendentes, similares a las anteriores, pero dando aire aguileño a la punta. 

Los labios, antes irregulares y triangulares, son ahora finos, definidos y apretados, y murmuran algo al espejo:

- Tú no sabes lo que es el sufrimiento. No tienes derecho a nada. Eres escoria, no eres válida. Tus opiniones son ridículas. No sabes lo que quieres. Necesitas ayuda, pero la ayuda no te salvará, nada es milagroso. No te respeto, no lo mereces. No me caes bien, te voy a hundir sin que ni tú ni nadie se dé cuenta. Eres insegura. Eres como yo. Somos una, recuérdalo. 



La luna se refleja en el mar y deposita su halo en él. Mas, siempre hay un día que anula la noche e ilumina la oscuridad, aunque sea lentamente.


Fdo: Marina.