sábado, 27 de marzo de 2021

C/D ~ PIRATAS ~

Tener miedo a un desembarco que, sin embargo, intentas a traer a toda costa, a través de los turbulentos mares. Cuestionar: "¿Y si no hay suficientes botes?". Porque eres pirata.


Forzar el navío, que te ha brindado grandes viajes, a entrar en fastuosas guerras. Porque eres pirata.


Dejar que los cañonazos revienten sus costados de madera, y luego procurar desesperadamente repararlo con tablillas mohosas y añejas, y achicar el agua con las copas de ron de la anterior noche de juerga. Y todo con resaca. Porque eres pirata.


Pero la gran nave, de infinitas paciencia y esperanza, te sigue llevando a donde quieres, y descubres landas nuevas y maravillosas, fructíferas, que, no obstante, advertirás a tu tripulación que son espejismos por el calor y el alcohol. "¡Vámonos de aquí! ¡Son cuatro cantos de sirena! ¡Meros oasis en desiertos!", mientras observas con melancolía y cierta admiración tu bajel, preguntándote cuánto tiempo más aguantará sin irse a pique en tales trasiegos. Porque eres pirata.


Creer en maldiciones, en que nunca arribarás a un destino que sea tu hogar, y aún así buscar sin cesar alguno para retirarte finalmente y recorrer las tabernas cantando, y escuchando a las gaviotas esta vez feliz, pues ya estás fuera para siempre de aquella incertidumbre en los océanos. Porque eres pirata. 


M.R.C. Cabo de la INFANTEría Real de la Fragata Esperanza.





martes, 16 de marzo de 2021

A ~ EL FUNCIONARIO DEL EMPERADOR ~

    Alejados por hoy de la autocompasiva temática habitual de este nuestro querido blog, cada día más antiguo y afortunadamente veterano (JÁ), os vengo a traer la reseña de un libro que está pasando demasiado desapercibido para lo genial que resulta: EL FUNCIONARIO DEL EMPERADOR, escrito por Amador García-Carrasco, autor de otras novelas como El otro lado (2020), Cuelgamuros (2021), El Rey de Castilla (2021), teatro (El Banco, 2017)y toda una antología poética (POÉTICA I-IX). 

    Cada novela tiene sus fallos ¿sabéis por qué? Porque como dijo el dicho, (que no dijo el dicho porque el dicho está dicho y no dice): 'Nunca llueve a gusto de todos'. O lo que es lo mismo, un claro 'yo habría terminado Harry Potter haciendo que al final era un sueño de Doraemon'. Así pues, esta novela peca como toda obra de arte, así como peca un artista, que está lleno de impulsos y musas y manías que son estilos y estilos que son manías. Yo vengo a hablaros de por qué pude ilustrarla y ver sus imágenes tan claras en mi mente, no a hablar de perfección, porque la perfección ni existe ni se la quiere, a no ser que nos refiramos a su contraria, que es la que vale para seguir aprendiendo. 

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 El funcionario del emperador, Ed. ADALID, 2020.




    Todo comienza en una antigua China inexacta en tiempo y espacio, con Li Tao huyendo de algo, no sabemos qué, porque se irá resolviendo a medida que nos dejemos llevar por las turbias corrientes de la historia. Li Tao es un chico de origen humilde, con grandes referentes familiares y habilidades extraordinarias para la caligrafía, heredadas y aprendidas de su estirpe. Así que el muchacho se aprovecha de lo que los dioses le han dado, y se presenta al examen de acceso al cargo de funcionario del gran emperador U Tang. En este momento, la vida de Li Tao cambiará para siempre, y conocerá cómo estar cerca del poder es más peligroso que mantenerse al margen del mismo. Y es que es el poder el que mueve montañas, literalmente (Muralla de China). El que lanza corazones a los abismos y el que crea abismos a los corazones. El poder está en todo, hasta en el amor. Li Tao descubrirá también hasta qué punto el amor es el máximo poder de todos en el camino hacia lo que ha buscado siempre tal callado sagrado: la inmortalidad. 

Entrañables personajes, dosificadamente convertidos en el narrador,(en ocasiones algo confusos por la cantidad de nombres y apelativos), dan vida al relato no sólo con una historia de continuidad desacostumbrada, planteada en una estructura por fragmentos discontinuos, aunque bien resuelta, sino en pequeñas viñetas que rematan el marco cultural de la obra, dotan de frescura al relato y acercan las costumbres de China al lector, gracias a un elaborado trabajo de investigación de las mismas. No es tanto descriptiva en cuanto a espacios, y sí lo es en cuanto a sentimientos, por lo que tiene un carácter simbólico, es profunda, y a pesar del carácter mitológico, muy humana.

No es una novela fácil de leer, ni es para aquellos que regalan su capacidad imaginativa al confort de la inmediatez (sin querer yo criticar esto; a veces hay que descansar las cabezas). Si tuviera que describirla en una sola palabra sería esta:


                                                                       SINESTESIA 


    Sí. Sinestesia: porque evoca los colores, los olores, las músicas de aquellas lejanas tierras. Puedes oler los perfumes en los baños de U Ti. Puedes imaginar el color morado enrabietado de las orejas del instransigente consejero Sing, puedes escuchar los toques de maderitas ante la presentación de un acto oficial, y las sedas de los quimonos de las ayas y los maestros, ondeantes con los sabios e ilustrativos movimientos de brazos ante sus aprendices. 

Mucha gente ama a David Lynch, aunque pocos o nadie le entiende, y sin embargo, ahí está (¿me explicáis la tercera temporada de Twin Peaks, por fi?). O a Buñuel, que ¿qué querría decir el hombre con el tema de cortar ojos después de aparecer una vaca en una habitación y similares?. Muchos aceptan la poesía visual en pantalla, pero muy pocos aceptan la poesía visual leída. Y eso es justo lo que es EL FUNCIONARIO DEL EMPERADOR, pero encima, con sentido.


M.R.C. 


 











Li Tao y grulla en el tejado de palacio.







martes, 9 de marzo de 2021

C/D ~ V.I.P. TIMISMO ~

 

Obligados por razones metafísicamente lejanas a nuestra comprensión a tropezar con el enfadado trasiego de la vida, rendir homenaje con nuestra acción de nacer como punto de partida al mismo, se convierte en lo más parecido a ir por un bosque y encontrarse teniendo que cruzar un río a través de mohosas, redondas y resbaladizas rocas.Sólo parecen alardear de compasión la línea, la tinta, el papel, el teclado, la pantalla y todo aquel material que procure el desahogo de tan avenidos y futuros chapuzones.

Y cuando no son chapuzones, es un descalabro monumental con un canto, que también tiene su parte de en-canto como desgracia; mucho más en-canto, si me permiten.

Yo he nacido para escribir y eso bien lo sabe Dios pero Dios sabe también que la escritura no ha nacido para ser por mí escrita. Es decir, yo no es que sea vaga; soy más despistada (se me va el santo al cielo y hasta al purgatorio) y soñadora de lo que un lector pueda soñar (valga la 'redondancia'-sin “u” y con “o” porque suena más oronda la palabra y porque por motivos desconocidos vete a saber si del latín; no me apetece buscarlo-, decidieron cambiar la letra a merced de sonar más discordante con su campo semántico).

Esa “u” está sustituyendo a la “o” de manera absolutamente ilógica, como ilógicos son los obstáculos que se autoimpone el ser presente, o el que le impone el trasiego ese del que hablaba antaño líneas arriba, cuando no andaban ustedes adormilados por este soporífero conjunto de victimismo.

Los escritores nos autofelamos (escritora yo, te tienes que reír). Pero no es para menos, porque quién si no lo va a hacer por nosotros.

Donde me hallo ahora es un tesoro que sólo aquel pirata ignorante que tira una concha de mar pensando que es “sólo una concha de mar” desestimaría. Me encuentro rodeada de lo que más ilusión me hace; mas tengo miedo porque siempre se me ha dado bien colocarme las mohosas, redondas y resbaladizas rocas en el camino, acaso, de tierra.



M.R.C.