viernes, 27 de septiembre de 2013

A ~ SOROLLA.

Grande; admiro sus pinturas, principalmente por el realismo despreocupado que las caracteriza. Sí, porque da la sensación de que con cuatro pinceladas están listas. Como una sencilla joven de pueblo con belleza natural que espolvorea unos poquitos "polvos de sol" en las mejillas, originalmente sonrosadas y se recoge el cabello en un tocado despeinado pero elegante. 

Por otro lado, los paisajes se muestran en su total esencia de impresionismo, con colores vivos y entremezclados, dándonos un efecto distinto según la lejanía.

Finalmente, otra de las cosas que más me agradan es la constante presencia del mar en su trayectoria pictórica. Así como la utilización de los brillos pronunciados en los cuerpos mojados, como en "Niños en la Playa", y el análisis anatómico peculiar de los personajes (recordemos que es impresionista, por lo que no se detiene en detallar).


En conclusión, Sorolla es un pícaro mostrando sus dotes con desenfado, con facilidad y optimismo. O al menos, esa es mi "impresión".

Sorolla.
De escenas de mar, un mar de escenas.



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