Eros nos mira desde la comprensión y el cariño, aunque también recorre los andamios de la leve pena. Y suspira:
"Es paradoja
que el niño humano se burle de aquel que tiene sexo
y que cuando crece,
el adulto se burle de aquel que carece de lo mismo.
¿A que acongoja?"
M.R.C
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