miércoles, 6 de enero de 2016

~ C/D ~ JORDANIA

Es menudo el torbellino que acaece en las dunas cuando Moisés decide teñir de carmesí los ríos.
Pareciera que no se puede excusar el comportamiento ambiguo que envuelve los actos. Mas, realmente, los remolinos en el lago siguen siendo remolinos por mucho que se muerdan su propio extremo.

Como un relámpago, una ira repentina embarga el normalmente constante nervio.
Después, la euforia deja en evidencia a la cordura.

Qué caprichosa la naturaleza. 


Ella, ¡ella es la Eva del tal libro del Génesis!

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