domingo, 5 de febrero de 2017

C/ D ~ LA NUIT DANS LE COEUR ~

Como un espejo, la noche quebró y los retazos de azul ultramarino con sabor a naranja podrida seguían en el recuerdo. Entre los árboles del bosque de aluminio, pasaban las bestias inmundas a nuestro alrededor. Hienas desquiciadas, riendo y en manada, para que su divertimento fuera más prominente. 

Daba igual que la desesperanza se encontrara en aquellos ojos que sólo querían ver belleza allá donde aun lo más tenebroso pudiera abarcarla. El mundo estaba dispuesto a demostrar cómo ha decidido seguir los pasos del Titanic, y estrellarse sin remedio, por necedad y presunción, contra el frío iceberg de la ignorancia.

A los pies de uno de los grandes árboles de cemento, donde esperábamos la ayuda de los ángeles que nunca llegaban, reposaba tranquilo un joven mientras le daba de comer a las hienas que se sucedían. Sus ojos eran impasiblemente crueles. Era un carroñero que se estaba alimentando de nuestras heridas, mientras aún seguíamos en vida. Era el mismo demonio.


No había otra opción, pues vi el mal regodearse de la desgracia, rociar todo de oscuridad.



Es una pena. Jamás me había parecido la noche tan oscura. 


M.R.C.








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