Por la engomada sensación.
O por la vida que se cae en esas sendas de cordel
como una cascada.
El ordenado de cintas antiguas retomando lo conocido.
Me da igual, esto es un lío
salido del gran huerto.
Como los pasos de la irritante gente en un tren
sentados con miradas que un día cruzan la amargura y otras
se comen hasta la misma Andrómeda.
Qué le pasa a la rueda de la vida,
que rueda rueda, pero nunca es vida.
O lo es pero una especie de capa gruesa de cristalina
niebla,
impide a nuestra niebla quitarnos los cristales de la mente.
Qué bonitas adulzas las palabras,
para que todo siga sonando igual de turbio.
¿ACASO ES TURBIO?
Pues si no sabemos qué es la felicidad,
aunque sea momentánea,
y qué es el fango de la ciénaga que nos ciega
estamos en gracia.
Y si me dices que todo esto es muy abstracto,
es porque Picasso o Miró o cualquier iluminado
pintó el mundo.
Todo queda inconcluso,
como si el mundo fuera una muñeca matrioska.
Una masa de totalidad dentro de otra,
y así sucesivamente.
Mira sino los números. ¿Cuándo acaban?
Esto es tan efímero y a la par eterno...
M.R.C
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