viernes, 24 de junio de 2016

C/D ~ LAS ANDANZAS DE DON COGOTE Y PANCHO LANZA (II) ~

En un desvío cualquiera, en la carretera desde Ciudad Real hasta Cuenca...

- ¿Qué ha pasado, Pancho? De repente una niebla y un tornado han tornado nuestro mundo de un nublado que no es del nublado normal.

- No sé noble Don Cogote dónde se encuentra nuestro ser, pero sé que nuestro sideral querer es comprender. Indaguemos por este desierto, vayamos por este extraño y caliente camino tan oscuro...

- ¡Aaaaaaaaaaah! ¿Qué es eso amigo fiel? ¡Un corcel de hiel plateado tan veloz como jamás lo podría haber visto ni muy despierto! ¡Pues tanto es que creo que ni lo he visto! ¡No nos tiremos más el pisto y continuemos por este sendero tan duro!

- Mire, ahí hay otro viandante, igual o más intrigado que nosotros estará seguro. 
Preguntemos.

- Mas, querido Pancho que... ¿Viste cómo viste? ¿Qué extraños ropajes ha aferrado a su figura? Para nada posee finura. Creo que es mujer. ¡Son eso bermudas! ¡Mudas se veían antes las mujeres! ¡Cómo se atreve a hacernos ver lo que vemos! Bueno, vamos a lo que vamos. 

- ¡Señorita! 

- ¿Seh? Veo que estáis también tirados... ¿Qué coj(i)nes...? ¿Venís del circo o sois de alguna compañía de teatro? Yo trabajo en teatro. Vaya disfrazacos os habéis marcado, mi like.

- ¡Cómo se atreve! ¡Se cree Pancho, que somos bufones! ¡No noble señorita! ¡No formule falsa conjetura! ¡Somos aventureros!

- Faranduleros, vaya. Lo que yo decía. Si es que entre obreros de lo mismo todos nos conocemos. 

- Ya lo discutiremos aquesto, Don Cogote. ¿Podría, bella dama, decirnos dónde nos encontramos y dónde, si seguimos el camino, nos encontraremos?

- Aunque sé dónde estamos, estoy tan perdida como vosotros, que yo iba a Cuenca y casi me saca las cuencas de los ojos un mosquito. Y por eso me distraje y estrellé mi coche. Vaya derroche... verás tú cuando se lo diga a mi mama cuando la vea por la noche... La bronca nos la comeremos.

- ¿Co...che? ¿Se refiere a esos potros apartados al lado de aquella penca? Vaya negrura, les daría mucho el Lorenzo. Mi voz ya suena ronca, del calor y la sed. Llevamos mucho trotanto, a troche y moche. 

- Esa chatarrería a la que llamas potro es mi coche. Llamaré a la grúa y a la policía. Entre tanto, quedaos conmigo y nos llevarán donde queramos. Si me hubiera traído mi bike...


 

- Pst, Pancho, esta mujer utiliza menudo un lenguaje. Nos trata en primera persona del singular y plural singularmente. ¿Y... a la policía? ¿Qué hemos hecho? ¿Y qué será eso de la grúa? ¡Encima me he clavado no sé de dónde en el pie una púa! Pero dice que ha tenido un mal viaje, y no ha sido mal engranaje cuando hemos hecho tablas en la conversación. Mas su extraño traje...

- Ay mi señor, dónde estaremos. A lo mejor nos llevan presos por equivocación, aunque vamos expectantes a dar una oportunidad a la aparente humanidad de esta muchacha, que aunque va muy mamarracha, ha demostrado de momento ser trigo para buena gacha... 

- Pancho, lo que no me gusta es que se crea, siendo señor como soy, que soy paje (...)



Don Cogote y Pancho Lanza ya han metido las narices en las leyes de los mundos paralelos, viajes del muy allá para el muy acá y dimensiones, (ellos que estaban tan felices) y sin otras dilaciones, les diré que sus aventuras continuarán con sus tradicionales divagaciones.


























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