martes, 16 de marzo de 2021

A ~ EL FUNCIONARIO DEL EMPERADOR ~

    Alejados por hoy de la autocompasiva temática habitual de este nuestro querido blog, cada día más antiguo y afortunadamente veterano (JÁ), os vengo a traer la reseña de un libro que está pasando demasiado desapercibido para lo genial que resulta: EL FUNCIONARIO DEL EMPERADOR, escrito por Amador García-Carrasco, autor de otras novelas como El otro lado (2020), Cuelgamuros (2021), El Rey de Castilla (2021), teatro (El Banco, 2017)y toda una antología poética (POÉTICA I-IX). 

    Cada novela tiene sus fallos ¿sabéis por qué? Porque como dijo el dicho, (que no dijo el dicho porque el dicho está dicho y no dice): 'Nunca llueve a gusto de todos'. O lo que es lo mismo, un claro 'yo habría terminado Harry Potter haciendo que al final era un sueño de Doraemon'. Así pues, esta novela peca como toda obra de arte, así como peca un artista, que está lleno de impulsos y musas y manías que son estilos y estilos que son manías. Yo vengo a hablaros de por qué pude ilustrarla y ver sus imágenes tan claras en mi mente, no a hablar de perfección, porque la perfección ni existe ni se la quiere, a no ser que nos refiramos a su contraria, que es la que vale para seguir aprendiendo. 

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 El funcionario del emperador, Ed. ADALID, 2020.




    Todo comienza en una antigua China inexacta en tiempo y espacio, con Li Tao huyendo de algo, no sabemos qué, porque se irá resolviendo a medida que nos dejemos llevar por las turbias corrientes de la historia. Li Tao es un chico de origen humilde, con grandes referentes familiares y habilidades extraordinarias para la caligrafía, heredadas y aprendidas de su estirpe. Así que el muchacho se aprovecha de lo que los dioses le han dado, y se presenta al examen de acceso al cargo de funcionario del gran emperador U Tang. En este momento, la vida de Li Tao cambiará para siempre, y conocerá cómo estar cerca del poder es más peligroso que mantenerse al margen del mismo. Y es que es el poder el que mueve montañas, literalmente (Muralla de China). El que lanza corazones a los abismos y el que crea abismos a los corazones. El poder está en todo, hasta en el amor. Li Tao descubrirá también hasta qué punto el amor es el máximo poder de todos en el camino hacia lo que ha buscado siempre tal callado sagrado: la inmortalidad. 

Entrañables personajes, dosificadamente convertidos en el narrador,(en ocasiones algo confusos por la cantidad de nombres y apelativos), dan vida al relato no sólo con una historia de continuidad desacostumbrada, planteada en una estructura por fragmentos discontinuos, aunque bien resuelta, sino en pequeñas viñetas que rematan el marco cultural de la obra, dotan de frescura al relato y acercan las costumbres de China al lector, gracias a un elaborado trabajo de investigación de las mismas. No es tanto descriptiva en cuanto a espacios, y sí lo es en cuanto a sentimientos, por lo que tiene un carácter simbólico, es profunda, y a pesar del carácter mitológico, muy humana.

No es una novela fácil de leer, ni es para aquellos que regalan su capacidad imaginativa al confort de la inmediatez (sin querer yo criticar esto; a veces hay que descansar las cabezas). Si tuviera que describirla en una sola palabra sería esta:


                                                                       SINESTESIA 


    Sí. Sinestesia: porque evoca los colores, los olores, las músicas de aquellas lejanas tierras. Puedes oler los perfumes en los baños de U Ti. Puedes imaginar el color morado enrabietado de las orejas del instransigente consejero Sing, puedes escuchar los toques de maderitas ante la presentación de un acto oficial, y las sedas de los quimonos de las ayas y los maestros, ondeantes con los sabios e ilustrativos movimientos de brazos ante sus aprendices. 

Mucha gente ama a David Lynch, aunque pocos o nadie le entiende, y sin embargo, ahí está (¿me explicáis la tercera temporada de Twin Peaks, por fi?). O a Buñuel, que ¿qué querría decir el hombre con el tema de cortar ojos después de aparecer una vaca en una habitación y similares?. Muchos aceptan la poesía visual en pantalla, pero muy pocos aceptan la poesía visual leída. Y eso es justo lo que es EL FUNCIONARIO DEL EMPERADOR, pero encima, con sentido.


M.R.C. 


 











Li Tao y grulla en el tejado de palacio.







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