Estamos ya acostumbrados a un últimamente muy típico afán de hacerse el benévolo. El galán de alma.
"Hay que fijarse más en el interior. Se debe ser guapo por dentro."
Rotundo no. Todo el mundo se fija en el físico.
Otra cosa es que nos agrade cómo es su cuerpo y demás atributos de la apariencia sea cual sea.
Me decanto por pensar, además, que es la transmisión de sensaciones la que nos impulsa a que nos guste así, o asá. Esto es:
- Esta persona me recuerda a tal actor. Tal actor me recuerda a tal película. Tal película me recuerda a estos colores, olores, calor, frío, vivencias personales. Me gustan tales sensaciones-recuerdos. Me gusta esta persona. (En el caso contrario, nos desagrada). Advierto, esto es una mera suposición de entre tantas posibilidades.
Además, la belleza es subjetiva por esto mismo. Aunque haya cánones que causen la admiración de una mayoría.
Una vez leí:
"¿Qué opinas de la anorexia?"- Le preguntaban a una anónima (porque así lo requiere la conciencia) persona.
- Chicas, tenéis que saber que nosotros las preferimos con curvas.- Respondió, añadiendo una foto de una chica gorda*. Acto seguido miles de admiradores de la respuesta le ofrecieron condecoraciones varias.
Y fue entonces cuando vi la soberbia en su respuesta. En el anhelo de quedar cual rey. Cual "puto amo".
¿Cómo se puede intentar dar crédito, desacreditando a otro sector, en este caso el de l@s delgad@s por constitución?
*Gord@ no es un insulto.
"¿Y la personalidad?" Se caracteriza por ser cierto que puede acabar importándonos más. Sin embargo, en el origen, sólo es un mero condimento para que nos termine de encantar o desagradar un individuo. Y es que no poseemos derecho a acceder a ella sin antes haber echado un vistazo general. Sostengo,entonces, que no debemos avergonzarnos de que seamos tan superficiales por naturaleza. ¿O no? Pueden opinar, no muerdo salvo en las noches de luna llena.
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